OXIGENOTERAPIA HIPERBÁRICA
La cicatrización es un proceso complejo que involucra el reclutamiento coordinado de fibroblastos, células endoteliales, células inflamatorias y queratinocitos. Para esto, se requiere de la participación de distintos señalizadores a nivel molecular y celular, que inducen la proliferación celular, la deposición de colágeno y la reposición de la irrigación sanguínea hacia el sitio dañado1.
La formación de una cicatriz definitiva comprende una serie de etapas que son secuenciales y a la vez superpuestas. Inmediatamente después de la injuria se produce activación plaquetaria y de la cascada de la coagulación, liberándose citoquinas pro-inflamatorias para reclutar células del sistema inmune. Monocitos y polimorfonucleares infiltran los tejidos dañados durante la fase inflamatoria, participando en la remoción de detritos, disminuyendo la carga bacteriana y secretando factores de crecimiento. En la fase proliferativa estas citoquinas y quemoquinas inducen la revascularización, granulación y re-epitelización de la herida. Finalmente, en la etapa de remodelación se reordenan las fibras de colágeno y se reemplaza el colágeno tipo III por colágeno tipo I incrementando la resistencia tensil del tejido.
La gran mayoría de las heridas sanan espontáneamente, sin embargo, a veces algunas intervenciones pueden ser necesarias. La aproximación mediante suturas, el desbridamiento, el lavado por arrastre y la utilización de coberturas disponibles son distintas alternativas ampliamente difundidas.
Existen distintos factores que pueden retrasar y llegar a impedir por completo la cicatrización, inclusive cuando se toman las debidas precauciones. La cronificación de una herida inevitablemente expone al paciente a infecciones, estrés emocional y procedimientos quirúrgicos adicionales. Estas complicaciones significan un desafío mayor para el médico tratante y mayores costos para el paciente y el sistema de salud.
En ciertos pacientes, características específicas de la herida hacen previsible que la cicatrización será un proceso dificultoso, como las quemaduras, las heridas traumáticas por atrición y la cicatrización de ciertos colgajos e injertos. En otros casos, las comorbilidades del paciente pueden entorpecer el proceso como la diabetes mellitus, la obesidad, el tabaquismo, las enfermedades autoinmunes y la insuficiencia arterial o venosa. La utilización de oxígeno hiperbárico se ha propuesto como una terapia adyuvante en estos pacientes que presentan complicaciones o dificultad en la cicatrización.
El objetivo del presente artículo es revisar las bases físicas y biológicas de la oxigenoterapia hiperbárica, así como la evidencia en ensayos clínicos de su uso para el tratamiento de las heridas.